La historia misionera en Guayana se inicia en 1.686 con la llegada de los misioneros jesuitas a la Guarnición de Santo Tomé de Guayana a cargo de los R.P.P.J. Andrés Ignacio y Alfonso Fernández. Posteriormente llegan a la Provincia de Guayana los Misioneros Capuchinos Catalanes autorizados por las Reales Cédulas del 7 de febrero de 1686, 29 de abril de 1687 y el 24 de Junio de 1722.
En 1722 se autorizó el envío de seis misioneros al territorio de Guayana y a finales de 1723 se le encomendó a los padres Tomás de Santa Eugenia y Benito Moya explorar la Provincia para la fundación de futuras misiones. Fue escogido el sitio de Suay a tres leguas de Santo Tomé de Guayana y allí el 5 de Mayo de 1724 bajo la protección de la Purísima Concepción se fundó La Misión de la Purísima Concepción de Suay. En 1765 poco después del traslado de Santo Tomé al sitio de Angostura, el pueblo y La Misión fue trasladado a la margen izquierda del Río Caroní con el nuevo nombre de Misión de la Purísima Concepción del Caroní. Con la mudanza de Santo Tomé, La Misión quedó desamparada, ya inclusive había sido saqueada y destruida en varias oportunidades por los piratas ingleses y holandeses así como también azotada por epidemias de viruela y sarampión.
En 1770 El Procurador de las misiones, Padre Félix de Tárraga, fue el autor del templo de la Purísima Concepción del Caroní siendo esta misión considerada como el principal centro misionero de operaciones en toda la provincia de Guayana.
La primera misión que se fundó en la provincia fue la Misión de Nuestra Señora de Los Ángeles, en 1694, en el área donde se fundaría en 1760 la misión de Santa Ana de Puga. Entre 1694 y 1788 los misioneros capuchinos colonizaron gran parte de la provincia de Guayana, llegando a fundar 30 misiones.
En 1724 estos misioneros compraron 100 cabezas de ganado vacuno a los franciscanos de las misiones de Píritu y fueron llevados a Guayana fomentándose la ganadería en toda la Provincia, llegándose a calcular la existencia de aproximadamente 200.000 reses para 1810.
Debido a la controversia surgida en Guayana entre Jesuitas y Capuchinos se resolvió en 1734 con la firma de ambas misiones del Pacto de la Concordia, mediante el cual se le otorgaba a las Misiones Capuchinas Catalanas todo el territorio comprendido desde Angostura hasta el Río Esequibo colindante con la Guayana Holandesa y Francesa.
Las misiones en su época más floreciente en los primeros años del 1800 llegaron a ser excelentes unidades agropecuarias, metalúrgicas y mineras. Se practicaba la ganadería bovina, caballar y mular, la cría de cerdos y aves de corral, el cultivo de algodón, caña de azúcar, tabaco, maíz, yuca, arroz, etc. Existían talleres para la manufactura de queso, curtiembre para cueros de ganado, alpargatas, zapatos, hamacas, cordeles, hilado y tejidos de telas de algodón y lana de ovejas así como también la producción metalúrgica en los talleres de forja y herrería donde se fabricaban los utensilios de labranza y se obtenía oro de las arenas aluvionales del río Caroní.
Entre los indios Kariña y Guayanos habían: Sastres, zapateros, carpinteros, albañiles, herreros, mineros, curtidores de pieles, agricultores y ganaderos; también entre los Frailes se encontraban verdaderos artesanos que eran excelentes forjadores de hierro, carpinteros, herreros, etc.; que fueron los maestros que enseñaron a los indios los diferentes oficios resultando buenos artesanos.
LA INDUSTRIA METALÚRGICA Y MINERA
La evidencia documental más antigua sobre el proceso de mineral de hierro en las Misiones se remonta al año de 1.740 en respuesta a un informe sobre la minería guayanesa enviado al Rey de España por el entonces Gobernador de Guayana Don Gregorio Espinoza de los Monteros junto a muestras de mineral.
La Corona emitió una Real Cédula donde se daban las directrices para proceder al reconocimiento de los yacimientos de las serranías de Cupapaui, Pararama y Cabaro que se encontraban dentro del territorio de las Misiones Capuchinas.
Según Marco Aurelio Vila (1.951) la explotación del yacimiento de la Serrania de Cupapaui o Santa Rosa al suroeste del sitio donde se fundaría a Upata en 1.762 parece haber comenzado alrededor del 1.740. El mineral de hierro era del tipo Ibapirita con un tenor del 43% (Vila Marco Aurelio, Antecedentes del Hierro en Guayana. Revista de Hidrocarburos y Minas. Caracas, julio – septiembre de 1.951. Año II, Nro. 4).
En los talleres de forja y herrería de las Misiones el proceso del mineral de hierro consistía en obtener lingotes de acero mediante el sistema de la Forja Catalana, muy usado en Europa para la época. Posteriormente los lingotes mediante la fragua, yunque y mandarria eran transformados en herramientas de labranzas y otros usos tales como: hachas, azadones, arados, palas, picos, machetes, clavos, tenazas, martillos, puntas para lanzas, ejes para carretas, pletinas para forrar los ruedas de los carros, etc.; muchos de estos utensilios se encontraron casi a flor de tierra durante las excavaciones arqueológicas en el poblado y taller de la forja al suroeste de la Misión Purísima Concepción del Caroní, actual Hato Santa Rosa propiedad de la familia Lezama. Allí se descubrieron los hornos para procesar el hierro y la alfarería, también los hornos y crisoles destinados a la amalgamación del oro con mercurio que se obtenía de las arenas del río Caroní. Gran parte de estos utensilios se pueden observar en las vitrinas de Relaciones Públicas de SIDOR y el Colegio de Nuestra Señora de Fátima en San Félix y el Ecomuseo del Caroní en la Represa de Macagua.
OBTENCIÓN DE ORO
La arena aluvional del río Caroní luego de cernida era llevada a los talleres para su procesamiento, se colocaba en un crisol con agua y mercurio, el cual era llevado a un horno para su calentamiento hasta la ebullición permanente del agua, con una paleta se removía constantemente la arena para facilitar el amalgamiento del oro con el mercurio. Terminada esta operación se retiraba el mineral amalgamado y se llevaba a otro crisol más pequeño para someterlo a un nuevo calentamiento con el fin de evaporar el mercurio, el cual se recuperaba con un serpentín en la parte superior del crisol quedando el oro puro en el fondo, retirándose después para fundirlo en pequeños lingotes para su comercialización.
EL FINAL DE LAS MISIONES
Lamentablemente ésta magnifica labor de los Misioneros Capuchinos Catalanes durante 131 años tuvo su final cuando los últimos 18 frailes Capuchinos y dos (2) enfermeros de la Misión Purísima Concepción del Caroní en la mañana del 07 de mayo de 1817 fueron conducidos a las orillas del río y uno a uno muertos a lanzazos y machetazos por un destacamento de soldados republicanos y sus cuerpos mutilados fueron arrojados a las aguas del río Caroní (informe del 26 de noviembre de 1817 redactado por el R.P.C. Serafín, recibido el 5 de mayo de 1818. Correspondencia de las Misiones Capuchinas Catalanas. Archivo de la orden. Sarriá, Barcelona, España).
La enorme cantidad de mercancía acumulada en los almacenes de las Misiones: cuero curtido. Maíz, algodón, telas, lingotes de acero y de oro, mulas, caballos y ganado fueron confiscados por la República para financiar la compra de armas y pertrechos a los ingleses para uso del ejército patriota. Las factorías de las Misiones se convirtieron en pueblos de criollos las tierras cultivadas en hatos ganaderos y los indios artesanos unos fueron reclutados por el ejército republicano y otros terminaron como peones en los hatos.
La consecuencia inmediata del triunfo patriota en Guayana fue el desmantelamiento de la estructura productiva de las Misiones: agrícola, ganadera y artesanal, como tal se abandonó la minería y la metalurgia del hierro, se destruyeron los hornos para el acero, el oro y la alfarería, se destruyeron los talleres de forja y herrería, las manufacturas de tejidos y talabarterías, se dilapidaron los rebaños de ganado, los sembradíos de maíz, yuca, tabaco, algodón y cacao, y lo que es más grave aún se dilapidó y dispersó la fuerza laboral indígena que habían hecho posible tal desarrollo.
En sus visitas a las misiones de Guayana en 1818, en su diario John Princep comenta: “En 1818 un año después de la desaparición de los frailes capuchinos, sacrificados el 07 de Mayo de 1817, la destrucción el abandono y la falta de orden se apoderaron de los 30 pueblos misioneros, fundados entre 1694 y 1788. Para 1816, la Misión Purísima Concepción del Caroní contaba con cerca o mas de mil habitantes, y para 1818 apenas quedaban 5 indios y un pequeño grupo de criollos”.
Vale la pena mencionar los nombres de aquellos pueblos o misiones que existian para 1816 ya que su gran mayoría han desaparecido pero algunos todavía subsisten tales como : San Miguel del Palmar - 1734, Nuestra Señora del Rosario de Guasipati - 1757, la villa de San Antonio de Upata – 1762, San Pedro de las Bocas – 1770 , San Buenaventura de Guri – 1771., Nuestra Sra de Tumeremo –1788 y Nuestra Sra de Monserrat de Miamo –1038.
Listado de las misiones y año de su fundación:
1694 Misión de Nuestra Señora de Los Angeles.
1724 Misión de la Purísima Concepción del Caroní.
1730 Misión de Santa María de Yacuario.
1733 Misión de Santo José de Cupapuy.
1734 Misión de San Miguel del Palmar.
1734 Misión de N. P. San Francisco de Altagracia.
1737 Misión de la Divina Pastora de Yaruario.
1748 Misión de Nuestra Señora de Monserrat de Miamo.
1752 Misión de San Fidel de Carapo.
1754 Misión de Santa Eulalia de Murucuri.
1755 Misión de San José de Leonisa de Ayma.
1757 Misión de Nuestra Señora del Rosario de Guasipati.
1760 Misión de Santa Ana de Puga.
1761 Misión de Santa Cruz del Calvario.
1762 Misión de la Villa de San Antonio de Upata.
1763 Misión de San Ramón de Caruachi.
1765 Misión de San Antonio de Huicsatono.
En 1722 se autorizó el envío de seis misioneros al territorio de Guayana y a finales de 1723 se le encomendó a los padres Tomás de Santa Eugenia y Benito Moya explorar la Provincia para la fundación de futuras misiones. Fue escogido el sitio de Suay a tres leguas de Santo Tomé de Guayana y allí el 5 de Mayo de 1724 bajo la protección de la Purísima Concepción se fundó La Misión de la Purísima Concepción de Suay. En 1765 poco después del traslado de Santo Tomé al sitio de Angostura, el pueblo y La Misión fue trasladado a la margen izquierda del Río Caroní con el nuevo nombre de Misión de la Purísima Concepción del Caroní. Con la mudanza de Santo Tomé, La Misión quedó desamparada, ya inclusive había sido saqueada y destruida en varias oportunidades por los piratas ingleses y holandeses así como también azotada por epidemias de viruela y sarampión.
En 1770 El Procurador de las misiones, Padre Félix de Tárraga, fue el autor del templo de la Purísima Concepción del Caroní siendo esta misión considerada como el principal centro misionero de operaciones en toda la provincia de Guayana.
La primera misión que se fundó en la provincia fue la Misión de Nuestra Señora de Los Ángeles, en 1694, en el área donde se fundaría en 1760 la misión de Santa Ana de Puga. Entre 1694 y 1788 los misioneros capuchinos colonizaron gran parte de la provincia de Guayana, llegando a fundar 30 misiones.
En 1724 estos misioneros compraron 100 cabezas de ganado vacuno a los franciscanos de las misiones de Píritu y fueron llevados a Guayana fomentándose la ganadería en toda la Provincia, llegándose a calcular la existencia de aproximadamente 200.000 reses para 1810.
Debido a la controversia surgida en Guayana entre Jesuitas y Capuchinos se resolvió en 1734 con la firma de ambas misiones del Pacto de la Concordia, mediante el cual se le otorgaba a las Misiones Capuchinas Catalanas todo el territorio comprendido desde Angostura hasta el Río Esequibo colindante con la Guayana Holandesa y Francesa.
Las misiones en su época más floreciente en los primeros años del 1800 llegaron a ser excelentes unidades agropecuarias, metalúrgicas y mineras. Se practicaba la ganadería bovina, caballar y mular, la cría de cerdos y aves de corral, el cultivo de algodón, caña de azúcar, tabaco, maíz, yuca, arroz, etc. Existían talleres para la manufactura de queso, curtiembre para cueros de ganado, alpargatas, zapatos, hamacas, cordeles, hilado y tejidos de telas de algodón y lana de ovejas así como también la producción metalúrgica en los talleres de forja y herrería donde se fabricaban los utensilios de labranza y se obtenía oro de las arenas aluvionales del río Caroní.
Entre los indios Kariña y Guayanos habían: Sastres, zapateros, carpinteros, albañiles, herreros, mineros, curtidores de pieles, agricultores y ganaderos; también entre los Frailes se encontraban verdaderos artesanos que eran excelentes forjadores de hierro, carpinteros, herreros, etc.; que fueron los maestros que enseñaron a los indios los diferentes oficios resultando buenos artesanos.
LA INDUSTRIA METALÚRGICA Y MINERA
La evidencia documental más antigua sobre el proceso de mineral de hierro en las Misiones se remonta al año de 1.740 en respuesta a un informe sobre la minería guayanesa enviado al Rey de España por el entonces Gobernador de Guayana Don Gregorio Espinoza de los Monteros junto a muestras de mineral.
La Corona emitió una Real Cédula donde se daban las directrices para proceder al reconocimiento de los yacimientos de las serranías de Cupapaui, Pararama y Cabaro que se encontraban dentro del territorio de las Misiones Capuchinas.
Según Marco Aurelio Vila (1.951) la explotación del yacimiento de la Serrania de Cupapaui o Santa Rosa al suroeste del sitio donde se fundaría a Upata en 1.762 parece haber comenzado alrededor del 1.740. El mineral de hierro era del tipo Ibapirita con un tenor del 43% (Vila Marco Aurelio, Antecedentes del Hierro en Guayana. Revista de Hidrocarburos y Minas. Caracas, julio – septiembre de 1.951. Año II, Nro. 4).
En los talleres de forja y herrería de las Misiones el proceso del mineral de hierro consistía en obtener lingotes de acero mediante el sistema de la Forja Catalana, muy usado en Europa para la época. Posteriormente los lingotes mediante la fragua, yunque y mandarria eran transformados en herramientas de labranzas y otros usos tales como: hachas, azadones, arados, palas, picos, machetes, clavos, tenazas, martillos, puntas para lanzas, ejes para carretas, pletinas para forrar los ruedas de los carros, etc.; muchos de estos utensilios se encontraron casi a flor de tierra durante las excavaciones arqueológicas en el poblado y taller de la forja al suroeste de la Misión Purísima Concepción del Caroní, actual Hato Santa Rosa propiedad de la familia Lezama. Allí se descubrieron los hornos para procesar el hierro y la alfarería, también los hornos y crisoles destinados a la amalgamación del oro con mercurio que se obtenía de las arenas del río Caroní. Gran parte de estos utensilios se pueden observar en las vitrinas de Relaciones Públicas de SIDOR y el Colegio de Nuestra Señora de Fátima en San Félix y el Ecomuseo del Caroní en la Represa de Macagua.
OBTENCIÓN DE ORO
La arena aluvional del río Caroní luego de cernida era llevada a los talleres para su procesamiento, se colocaba en un crisol con agua y mercurio, el cual era llevado a un horno para su calentamiento hasta la ebullición permanente del agua, con una paleta se removía constantemente la arena para facilitar el amalgamiento del oro con el mercurio. Terminada esta operación se retiraba el mineral amalgamado y se llevaba a otro crisol más pequeño para someterlo a un nuevo calentamiento con el fin de evaporar el mercurio, el cual se recuperaba con un serpentín en la parte superior del crisol quedando el oro puro en el fondo, retirándose después para fundirlo en pequeños lingotes para su comercialización.
EL FINAL DE LAS MISIONES
Lamentablemente ésta magnifica labor de los Misioneros Capuchinos Catalanes durante 131 años tuvo su final cuando los últimos 18 frailes Capuchinos y dos (2) enfermeros de la Misión Purísima Concepción del Caroní en la mañana del 07 de mayo de 1817 fueron conducidos a las orillas del río y uno a uno muertos a lanzazos y machetazos por un destacamento de soldados republicanos y sus cuerpos mutilados fueron arrojados a las aguas del río Caroní (informe del 26 de noviembre de 1817 redactado por el R.P.C. Serafín, recibido el 5 de mayo de 1818. Correspondencia de las Misiones Capuchinas Catalanas. Archivo de la orden. Sarriá, Barcelona, España).
La enorme cantidad de mercancía acumulada en los almacenes de las Misiones: cuero curtido. Maíz, algodón, telas, lingotes de acero y de oro, mulas, caballos y ganado fueron confiscados por la República para financiar la compra de armas y pertrechos a los ingleses para uso del ejército patriota. Las factorías de las Misiones se convirtieron en pueblos de criollos las tierras cultivadas en hatos ganaderos y los indios artesanos unos fueron reclutados por el ejército republicano y otros terminaron como peones en los hatos.
La consecuencia inmediata del triunfo patriota en Guayana fue el desmantelamiento de la estructura productiva de las Misiones: agrícola, ganadera y artesanal, como tal se abandonó la minería y la metalurgia del hierro, se destruyeron los hornos para el acero, el oro y la alfarería, se destruyeron los talleres de forja y herrería, las manufacturas de tejidos y talabarterías, se dilapidaron los rebaños de ganado, los sembradíos de maíz, yuca, tabaco, algodón y cacao, y lo que es más grave aún se dilapidó y dispersó la fuerza laboral indígena que habían hecho posible tal desarrollo.
En sus visitas a las misiones de Guayana en 1818, en su diario John Princep comenta: “En 1818 un año después de la desaparición de los frailes capuchinos, sacrificados el 07 de Mayo de 1817, la destrucción el abandono y la falta de orden se apoderaron de los 30 pueblos misioneros, fundados entre 1694 y 1788. Para 1816, la Misión Purísima Concepción del Caroní contaba con cerca o mas de mil habitantes, y para 1818 apenas quedaban 5 indios y un pequeño grupo de criollos”.
Vale la pena mencionar los nombres de aquellos pueblos o misiones que existian para 1816 ya que su gran mayoría han desaparecido pero algunos todavía subsisten tales como : San Miguel del Palmar - 1734, Nuestra Señora del Rosario de Guasipati - 1757, la villa de San Antonio de Upata – 1762, San Pedro de las Bocas – 1770 , San Buenaventura de Guri – 1771., Nuestra Sra de Tumeremo –1788 y Nuestra Sra de Monserrat de Miamo –1038.
Listado de las misiones y año de su fundación:
1694 Misión de Nuestra Señora de Los Angeles.
1724 Misión de la Purísima Concepción del Caroní.
1730 Misión de Santa María de Yacuario.
1733 Misión de Santo José de Cupapuy.
1734 Misión de San Miguel del Palmar.
1734 Misión de N. P. San Francisco de Altagracia.
1737 Misión de la Divina Pastora de Yaruario.
1748 Misión de Nuestra Señora de Monserrat de Miamo.
1752 Misión de San Fidel de Carapo.
1754 Misión de Santa Eulalia de Murucuri.
1755 Misión de San José de Leonisa de Ayma.
1757 Misión de Nuestra Señora del Rosario de Guasipati.
1760 Misión de Santa Ana de Puga.
1761 Misión de Santa Cruz del Calvario.
1762 Misión de la Villa de San Antonio de Upata.
1763 Misión de San Ramón de Caruachi.
1765 Misión de San Antonio de Huicsatono.
1767 Misión de la Conversión de San Pablo de Cumamo.
1769 Misión de Nuestra Señora de los Dolores de Puedpa.
1770 Misión de San Félix de Tupuquen.
1770 Misión de San Pedro de Las Bocas.
1769 Misión de Nuestra Señora de los Dolores de Puedpa.
1770 Misión de San Félix de Tupuquen.
1770 Misión de San Pedro de Las Bocas.
1770 Misión de la Villa de San Isidro de Barceloneta.
1771 Misión de San Buenaventura de Guri.
1771 Misión de San Buenaventura de Guri.
1779 Misión de San Miguel de Unata.
1779 Misión de Santa Clara de Yavarapana.
1779 Misión de Santa Clara de Arabatayma.
1782 Miisión de Santa Rosa de Lima de Cura.
1779 Misión de Santa Clara de Yavarapana.
1779 Misión de Santa Clara de Arabatayma.
1782 Miisión de Santa Rosa de Lima de Cura.
1783 Misión de Santa Magdalena de Currucay.
1783 Misión de San Juan Bautista de Avechica.
1788 Misión de Nuestra Señora de Belén de Tumeremo.
1783 Misión de San Juan Bautista de Avechica.
1788 Misión de Nuestra Señora de Belén de Tumeremo.
Fuente: Internet: La Misión del Caroní. P. Bernardo de Geltrú. – O.F.M.
EPÍLOGO
El 9 de julio de 1.962 el entonces Presidente de la República Señor Don Rómulo Betancourt, pone en funcionamiento el horno Nro. 1 de la acería Siemens Martin de la Planta Siderúrgica del Orinoco y se produce la primera colada de acero líquido con mineral de hierro del Cerro Bolívar. Transcurrieron 222 años de aquél lejano 1.740 cuando los Misioneros Capuchinos Catalanes con el sistema de la Forja Catalana obtuvieron lingotes de acero con mineral de hierro de la Serranía de Santa Rosa, para fabricar sus herramientas y útiles de labranza, actividad que mantuvieron durante 77 años hasta aquél fatídico 7 de mayo de 1.817 cuando las fuerzas republicanas masacraron los últimos 20 frailes Capuchinos de la Misión Purísima Concepción del Caroní y destruyeron las Misiones en Guayana. Es triste, lamentable y vergonzoso recordar, pero pasaron 145 años de la última colada de acero de los misioneros capuchinos catalanes en 1817 hasta la primera colada de acero de nosotros los criollos el 09 de Julio de 1962.
Se eliminó de esta manera el 7 de mayo de 1.817 la única posibilidad de haberse iniciado en Venezuela un proceso temprano de industrialización siderúrgica, minera y agropecuaria.
EPÍLOGO
El 9 de julio de 1.962 el entonces Presidente de la República Señor Don Rómulo Betancourt, pone en funcionamiento el horno Nro. 1 de la acería Siemens Martin de la Planta Siderúrgica del Orinoco y se produce la primera colada de acero líquido con mineral de hierro del Cerro Bolívar. Transcurrieron 222 años de aquél lejano 1.740 cuando los Misioneros Capuchinos Catalanes con el sistema de la Forja Catalana obtuvieron lingotes de acero con mineral de hierro de la Serranía de Santa Rosa, para fabricar sus herramientas y útiles de labranza, actividad que mantuvieron durante 77 años hasta aquél fatídico 7 de mayo de 1.817 cuando las fuerzas republicanas masacraron los últimos 20 frailes Capuchinos de la Misión Purísima Concepción del Caroní y destruyeron las Misiones en Guayana. Es triste, lamentable y vergonzoso recordar, pero pasaron 145 años de la última colada de acero de los misioneros capuchinos catalanes en 1817 hasta la primera colada de acero de nosotros los criollos el 09 de Julio de 1962.
Se eliminó de esta manera el 7 de mayo de 1.817 la única posibilidad de haberse iniciado en Venezuela un proceso temprano de industrialización siderúrgica, minera y agropecuaria.
Foto: Fachada de la Iglesia la Purísima Concepción del Caroní construida por el misionero capuchino Félix de Tarraga en 1784. Tomada de www.analitica.com
Fuente Consultada: Sanoja Mario, Vargas Arena Iraida. Historia arqueológica de Guayana. La ciudad de Santo Tomé y las Misiones Capuchinas Catalanas. Siglos XVI- XIX D.C Caracas, 2001.
muchas gracias por este material. soy de Moscú y estuve buscando información sobre los capuchionos catalanes y aquí la encontré. Me interesa una cosa. ¿Cómo era posible el comercio entre los capuchinos de Guayana y España? ¿Obtuvieron algun permiso especial?
ResponderEliminarEn la colonia había libre comercio con Europa y los aranceles eran muy bajos. Los misioneros utilizaban Puerto de Tablas hoy San Félix,desde donde salían goletas y barcos para Europa.
ResponderEliminarUn saludo y gracias por leer el blog.
Como puedo optener ese libro por que de verdad me interesa la historia del estado bolivar. dario.john@gmail.com
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarTambién tenían la Misión de Santa Rosa de Lima, en la actual Guayana Esequiba.
ResponderEliminarEstimado Unknown: Correcto, creo que el archivo diocesano de Puerto Rico tiene bastante información sobre eso.
ResponderEliminarMuy interesante, soy guayanes, estudioso del tema, hay que seguir publicando, pero siempre con enfoque científico (histórico) para que no se distorcione la historia.
ResponderEliminarProf. Rafael Blanca M. CVG TECMIN
Hola, muy buena entrada la del Blog, me proporcionó información necesaria para una investigación que estoy realizando sobre construcción simbólica del territorio por parte de los Capuchinos en el s. XVIII. Soy estudiante de antropología de la UCV y quería saber dónde está publicada esta referencia "Sanoja Mario, Vargas Arena Iraida. Historia arqueológica de Guayana. La ciudad de Santo Tomé y las Misiones Capuchinas Catalanas. Siglos XVI- XIX D.C Caracas, 2001." Creo que es una fuente que me puede dar información importante y me sería de mucha ayuda leerla directamente, si le es posible indicarme donde está Señor Vivas le agradecería imensamente.
ResponderEliminarSaludos.
Estimado señor Vivas, mil gracias por publicar este blog tan interesante. Me gustaría consultarle sobre las Concordias de Guayana. Me pregunto si podría escribirle a un correo electrónico. El Mío es puig35@yahoo.com.
ResponderEliminarSaludos muy cordiales,
María
¡Hola!
ResponderEliminarPara el amigo Angel José Miguez, le recomiendo las siguiente lecturas donde encontrará informaciioón de Guayana: Carrocera, F. (1979). Misión de los Capuchinos en Guayana. Vol.I. Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia. Fuentes para la Historia Colonial de Venezuela. Caracas.
Blanca Rafael. Poblamiento del Bajo Orinoco. Revista electronica de la UNEG Ciudad Guayana.
Saludos, y buena suerte en la información....
exelente blog
ResponderEliminarGracias por tan valiosa informacion sobre Guayana,... Donde puedo informarme si los monjes catalanes capuchino cultivaban cacao en las misiones del caroni?
ResponderEliminarComo se llamaba el Sector donde estan asentados el Pao Caruachi y Upata, como se llamban los ingigenas pobladores de esas zonas.
Buenas me podría decir definición caracterización importancia y pueblos fundados por los catalanes
ResponderEliminar