Has alzado el vuelo Papá,
un día martes, un día amaneciendo,
te fuiste en silencio, sin hacer ruido,
callado, subiste al cielo, al infinito, al Universo.
Partiste en un viaje de regreso,
de retorno al Hogar, a ese de luz,
donde algún día te volveremos a encontrar.
Han quedado tus palabras echadas al viento:
" A esta enfermedad yo la venzo",
tu sonrisa firme de guerrero,
tu corazón noble y lleno de sentimiento.
Y venciste Papá, venciste a la muerte,
quien te dejó en la tierra hasta que
cumpliste tus sueños.
Escribiste un libro, plantaste árboles y tuviste hijos.
Fuiste un luchador, un vencedor, un ganador,
la muerte venció tu cuerpo pero no venció
tu alma.
Tu alma que hoy nos acompaña,
tu alma que se quedó en la tierra, en cada letra,
en cada página de este blog, de estas andanzas.
Tu alma Papá esa que siempre escribió
con la pluma de la esperanza.
No te has ido, permaneces...
sereno, confiado, valiente,
mirándolo todo, vigía atento a nuestra suerte,
velando por nuestras vidas, protegiéndonos de la muerte.
Te amo Papá y sigo cerca de ti,
en este espacio, tu espacio,
en tu corazón de luz, en tus manos de ángel,
en tu sonrisa suave que me arropa cada mañana,
en tus brazos que me cobijan en la madrugada.
Tú siempre estarás, siempre vivirás,
no has muerto Papá, te has transformado,
ahora eres luz, tinta, papel y letras,
pero sobre todo eres una estrella que brilla
y que desde arriba nos amas, alientas y cuidas.
A los ocho días de tu partida.
Bélgica, 21 de septiembre de 2011.
Vilma Vivas, tu hija que te ama.