Cuando la C.V.G. planificó el urbanismo de Ciudad Guayana se previeron esas inmensas islas al final de la avenida Las Américas, El Paseo Caroní y frente al Aeropuerto Internacional, muy probablemente, con la sana intención de que en el futuro fueran “zonas verdes” convertidas en Parques para uso y esparcimiento de los vecinos de la nueva ciudad.
Lamentablemente fue sólo un bonito deseo de los urbanistas, pues a más de (30) treinta años de la puesta en servicio de estas avenidas escasamente se ha logrado más o menos, un 60% de reforestación de dichas islas, incluyendo la del frente al Aeropuerto Internacional.
Considero que aún es tiempo para que la Alcaldía del Municipio Caroní se cubra de gloria y se vean realizados los deseos de aquellos urbanistas de la C.V.G, planificando una selecta reforestación de estas islas, para que al fin podamos ver unas “zonas verdes” convertidas en parques debidamente protegidos lateralmente en las avenidas, con acceso a los mismos mediante túneles o pasarelas aéreas garantizando así la seguridad a los visitantes.
De lograr convertir estas islas en verdaderos pulmones verdes dentro de la ciudad con: Araguaney, apamates, aceites, palmeras, e incluso mangos, guayabos y nísperos para atraer a las aves, tendríamos unos excelentes parques para esparcimientos de los vecinos de Alta Vista en los calurosos días de verano. Estos parques evitaran que en un mañana no lejano, nos construyeran monolitos habitacionales de concreto en dichas islas, tal como sucedió años atrás cuando fue mutilado gran parte del parque “Los Aceites” de Puerto Ordaz con los edificios de las Residencias “María Luisa”, frente al hospital "Dr. Américo Babó", pese al clamor contrario de todos los vecinos de los campos de la Ferrominera Orinoco. A tal fin le recomendaría a la Alcaldía, que por favor, para la reforestación y culminación de estos parques solicitara al asesoramiento de Don Rafael Mendoza, padre y creador del grandioso parque “La Llovizna”.
Conozco a Puerto Ordaz desde 1958 y he visto crecer y nacer a Ciudad Guayana motivo por el cual hago el siguiente comentario: Cuando salimos vía aérea del Aeropuerto Internacional y miramos a Puerto Ordaz observamos una gran mancha verde y frondosa de árboles en los campos de la Ferrominera Orinoco, Villa Colombia, Avenida las Américas, Urbanización Los Olivos y Villa Africana, pero al contrario, si miramos desde Alta Vista hasta el Core 8 en Matanzas, observamos una gran mancha gris de concreto, sin árboles ni zonas verdes, un auténtico reventadero de sol donde sólo se ven casas, edificios y avenidas.
Cuando nació Puerto Ordaz en 1952, los urbanistas de entonces contemplaron amplios jardines en las casas y zonas verdes en calles y avenidas para la siembra de árboles, ejemplo: Avenida Las Américas y Avenida Venezuela en Villa Colombia. La Orinoco Mining Company prohibía los muros y cercas en las casas y la tala de árboles; pero cuando llegó la nacionalización del hierro en 1975 y los venezolanos compramos las casas, el 99% de nosotros llenamos de muros y cercas las casas, creando asi nuestras cárceles individuales e incluso muchos talaron sus matas de mango para no recoger hojas, es muy triste reconocerlo pero es cierto.
Lamentablemente en las nuevas urbanizaciones, al contrario del viejo Puerto Ordaz, los arquitectos o urbanistas no contemplaron zonas verdes en calles y avenidas de la nueva Ciudad Guayana donde se pueda sembrar un árbol, es por ésta carencia de árboles que recomiendo la creación de estos pulmones verdes en las Islas de Alta Vista.
Sin embargo en las autopistas donde los urbanistas contemplaron islas para zonas verdes, como el caso de la nueva autopista hacia el puente Angosturita, alguien tuvo la “excelente” idea de colocar piedra o escoria de color verde, para que los inocentes habitantes de Ciudad Guayana creyéramos que habían sembrado grama, pese al ejemplo que tenemos en la autopista entre C.V.G Alcasa y Sidor C.A ampliamente reforestada como un recuerdo a su creador, el recordado Ingeniero Leopoldo Sucre Figarella.
Como un dato curioso e histórico, en el medio de la isla del Paseo Caroní, muy cerca del semáforo hacia el hospital Uyapar se puede aún observar un grupo de verdes y frondosos árboles que fueron sembrados por los habitantes del Bar "Dora" que allí funcionaba, cuando por instrucciones de la Gobernación del Estado fueron clausurados los lupanares de la zona de tolerancia de Castillito, allá por los años de 1958 y 1960, con el fin de sanear este populoso y único Barrio de Puerto Ordaz. En compensación la Gobernación autorizó su reubicación en las sabanas despobladas de Alta Vista, muy lejos del casco urbano de la naciente ciudad. En el centro de estos árboles, todavía se pueden ver restos de la pista de baile de concreto del famoso Bar "Dora”.
Leyendo el Diario de Guayana en su edición del 18-03-2009 he visto una noticia que dice que C.V.G. Ferrocasa C.A. anuncia la próxima culminación de el Parque del Centro, en la zona anexa al Campo “B” frente al Centro Cívico de Puerto Ordaz, la cual ha sido considerada como “recuperación de espacios abandonados”.
Soy vecino del Campo A-2 de C.V.G. Ferrominera Orinoco, C.A. desde octubre de 1960 y presencié como fue mutilado gran parte del parque "Los Aceites” del Centro Cívico de Puerto Ordaz, (patrimonio histórico” de Ciudad Guayana, pulmón verde de la ciudad), para construir el Conjunto Residencial María Luisa, pese a la opinión contraria de todos los vecinos de los Campos de la F.M.O.
Lamentablemente fue sólo un bonito deseo de los urbanistas, pues a más de (30) treinta años de la puesta en servicio de estas avenidas escasamente se ha logrado más o menos, un 60% de reforestación de dichas islas, incluyendo la del frente al Aeropuerto Internacional.
Considero que aún es tiempo para que la Alcaldía del Municipio Caroní se cubra de gloria y se vean realizados los deseos de aquellos urbanistas de la C.V.G, planificando una selecta reforestación de estas islas, para que al fin podamos ver unas “zonas verdes” convertidas en parques debidamente protegidos lateralmente en las avenidas, con acceso a los mismos mediante túneles o pasarelas aéreas garantizando así la seguridad a los visitantes.
De lograr convertir estas islas en verdaderos pulmones verdes dentro de la ciudad con: Araguaney, apamates, aceites, palmeras, e incluso mangos, guayabos y nísperos para atraer a las aves, tendríamos unos excelentes parques para esparcimientos de los vecinos de Alta Vista en los calurosos días de verano. Estos parques evitaran que en un mañana no lejano, nos construyeran monolitos habitacionales de concreto en dichas islas, tal como sucedió años atrás cuando fue mutilado gran parte del parque “Los Aceites” de Puerto Ordaz con los edificios de las Residencias “María Luisa”, frente al hospital "Dr. Américo Babó", pese al clamor contrario de todos los vecinos de los campos de la Ferrominera Orinoco. A tal fin le recomendaría a la Alcaldía, que por favor, para la reforestación y culminación de estos parques solicitara al asesoramiento de Don Rafael Mendoza, padre y creador del grandioso parque “La Llovizna”.
Conozco a Puerto Ordaz desde 1958 y he visto crecer y nacer a Ciudad Guayana motivo por el cual hago el siguiente comentario: Cuando salimos vía aérea del Aeropuerto Internacional y miramos a Puerto Ordaz observamos una gran mancha verde y frondosa de árboles en los campos de la Ferrominera Orinoco, Villa Colombia, Avenida las Américas, Urbanización Los Olivos y Villa Africana, pero al contrario, si miramos desde Alta Vista hasta el Core 8 en Matanzas, observamos una gran mancha gris de concreto, sin árboles ni zonas verdes, un auténtico reventadero de sol donde sólo se ven casas, edificios y avenidas.
Cuando nació Puerto Ordaz en 1952, los urbanistas de entonces contemplaron amplios jardines en las casas y zonas verdes en calles y avenidas para la siembra de árboles, ejemplo: Avenida Las Américas y Avenida Venezuela en Villa Colombia. La Orinoco Mining Company prohibía los muros y cercas en las casas y la tala de árboles; pero cuando llegó la nacionalización del hierro en 1975 y los venezolanos compramos las casas, el 99% de nosotros llenamos de muros y cercas las casas, creando asi nuestras cárceles individuales e incluso muchos talaron sus matas de mango para no recoger hojas, es muy triste reconocerlo pero es cierto.
Lamentablemente en las nuevas urbanizaciones, al contrario del viejo Puerto Ordaz, los arquitectos o urbanistas no contemplaron zonas verdes en calles y avenidas de la nueva Ciudad Guayana donde se pueda sembrar un árbol, es por ésta carencia de árboles que recomiendo la creación de estos pulmones verdes en las Islas de Alta Vista.
Sin embargo en las autopistas donde los urbanistas contemplaron islas para zonas verdes, como el caso de la nueva autopista hacia el puente Angosturita, alguien tuvo la “excelente” idea de colocar piedra o escoria de color verde, para que los inocentes habitantes de Ciudad Guayana creyéramos que habían sembrado grama, pese al ejemplo que tenemos en la autopista entre C.V.G Alcasa y Sidor C.A ampliamente reforestada como un recuerdo a su creador, el recordado Ingeniero Leopoldo Sucre Figarella.
Como un dato curioso e histórico, en el medio de la isla del Paseo Caroní, muy cerca del semáforo hacia el hospital Uyapar se puede aún observar un grupo de verdes y frondosos árboles que fueron sembrados por los habitantes del Bar "Dora" que allí funcionaba, cuando por instrucciones de la Gobernación del Estado fueron clausurados los lupanares de la zona de tolerancia de Castillito, allá por los años de 1958 y 1960, con el fin de sanear este populoso y único Barrio de Puerto Ordaz. En compensación la Gobernación autorizó su reubicación en las sabanas despobladas de Alta Vista, muy lejos del casco urbano de la naciente ciudad. En el centro de estos árboles, todavía se pueden ver restos de la pista de baile de concreto del famoso Bar "Dora”.
Leyendo el Diario de Guayana en su edición del 18-03-2009 he visto una noticia que dice que C.V.G. Ferrocasa C.A. anuncia la próxima culminación de el Parque del Centro, en la zona anexa al Campo “B” frente al Centro Cívico de Puerto Ordaz, la cual ha sido considerada como “recuperación de espacios abandonados”.
Soy vecino del Campo A-2 de C.V.G. Ferrominera Orinoco, C.A. desde octubre de 1960 y presencié como fue mutilado gran parte del parque "Los Aceites” del Centro Cívico de Puerto Ordaz, (patrimonio histórico” de Ciudad Guayana, pulmón verde de la ciudad), para construir el Conjunto Residencial María Luisa, pese a la opinión contraria de todos los vecinos de los Campos de la F.M.O.
Recuerdo que en esa zona donde ahora comstruirán el Parque del Centro, existieron las casas para solteros de la Orinoco Mining Company que luego pasaron a la F.M.O. Después de ser demolidas estas casas, ese espacio abandonado lleno de mangos, acacias y aceites le fue cedido al Comando de la Guardia Nacional , quien mantuvo este pulmón verde del Campo “B” en buen estado de conservación. Por segunda vez lamentablemente se mutila una zona verde de la ciudad cuando se planifica la construcción de este parque con la excusa de que es un espacio abandonado.
En mi opinión muy personal, Ciudad Guayana es muy similar ( salvando la comparación) a Chicago en los Estados Unidos, allí la ciudad crece en una inmensa llanura, sin cerros ni depresiones con pequeños pueblos independientes y sólo en el casco de la ciudad hay rascacielos. Pues bien, también Ciudad Guayana se encuentra ubicada en una gran franja plana sin cerros en la margen del Río Orinoco y puede inclusive crecer sin obstáculos físicos desde Los Castillos de Guayana hasta las cercanías de Ciudad Bolívar por más de 130 kms de longitud y por lo tanto no se justifican estos tipos de Conjuntos Residenciales en las pocas zonas verdes de la ciudad.
Para concluir mis impresiones sobre los Pulmones Verdes de Ciudad Guayana, considero muy lamentable su mutilación ya que las áreas verdes en una ciudad son de vital importancia. Los árboles aportan muchos beneficios a sus pobladores y al clima en general, combaten la contaminación atmosférica, el ruido, generan beneficios psicológicos, reducen la temperatura del sol al dar sombra, aportan humedad a climas secos, raducen la velocidad del viento e inclusive generan estabilidad económica ya que las propiedades que tienen árboles son consideradas como más atractivas para el comprador, lo mismo que una Urbanización con árboles atrae la atención de quienes la visitan.
Si se supiera a ciencia cierta todos los beneficios que los árboles aportan a la naturaleza, al hombre y a las ciudades, se pensaría dos veces antes de eliminarlos de las mismas.
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