sábado, 18 de diciembre de 2010

Discurso en el bautizo de "El Dorado del Siglo XXI"





"Soy un andino adoptado por la Zona del Hierro y con mucho orgullo me considero uno más de los pioneros fundadores de la Planta Siderúrgica del Orinoco y de Ciudad Guayana.
Llegué a Puerto Ordaz en mayo de 1960 después de 4 años recibiendo entrenamiento siderúrgico en Italia, becado por el Estado Venezolano.
Soy vecino del Campo A-2 de la Ferrominera de Puerto Ordaz y bajo el amparo de Sidor formé una hermosa familia de tres hijas hembras y un hijo varón, ocho nietos y un bisnieto.
Mi esposa Beatriz Yepes de Vivas y mis hijos: Virginia, casada, Arquitecta y Antropóloga, Gerente de la Rehabilitación del Boulevard de Sabana Grande de Caracas, Keyla, casada e Ingeniero de Sistemas, vive y trabaja en Chicago(USA), Vilma, Socióloga. casada y vive en Bélgica ( Europa) y Rafael, casado y TSU en Sistemas, siguió la tradición de su padre y ya lleva 25 años en Sidor.
En mi libro, en el capítulo “Anécdotas de los años 60” podrán leer mi llegada al Aeropuerto de la Orinoco Mining Company de Puerto Ordaz. Sólo existía una pequeña caseta de zinc, sin paredes y con dos banquetas de madera. Así era la oficina civil, la O.M.C. tenía sus hangares y oficinas aparte.
Colaboré activamente con la puesta en operación de la Planta Siderúrgica del Orinoco y posteriormente con el Plan IV de C. V. G. Sidor C. A., con sus modernas Acerías Eléctricas a colada contínua.
En febrero de 1988, después de 32 años de servicio en Sidor, me acogí al Plan de Jubilación del Estado. Nosotros los Pioneros Jubilados de Sidor, somos los “hijos de la panadera”, pues hasta agosto de este año sólo gozábamos del salario mínimo oficial, como monto a nuestras jubilaciones. Por fin en septiembre de este año nos ajustaron el monto a Bs 2240 mensual. Una vergüenza para nosotros los pioneros del nacimiento de Sidor y de la primera colada de acero, que aún seguimos soñando con la homologación, tal como lo pauta la Ley.
Fueron años muy difíciles entre 1952 a 1964. En mayo del 64 con la inauguración del primer puente sobre el Río Caroní, nos integramos a San Félix. En Puerto Ordaz sólo contábamos con el Centro Cívico. Vivimos, sufrimos y luchamos ante el  “Boom del hierro”, otro de los capítulos del libro, cuando colapsaron todos los servicios en San Félix y Ciudad Bolívar, ante ese río humano que llegaba a la zona en busca de trabajo y de nuevos horizontes. Hubo carencia de: viviendas, hoteles, restaurantes, bodegas, farmacias, hospitales, escuelas, puentes, etc. Este “Boom del Hierro” empezó en 1952 y finalizó en 1978.
Merece mención especial la Corporación Venezolana de Guayana creada a finales de 1960, quien luchó e hizo grandes esfuerzos en aquellos años del “Boom del Hierro”. A ella se le debe el nacimiento y disfrute de la Ciudad Guayana de hoy, pues la C.V.G. contó con excelentes Pioneros Presidentes, entre otros el General Rafael Alfonso Ravard y el Ing. Leopoldo Sucre Figarella, nuestro conocido “Zar de Guayana”, verdaderos creadores y constructores de la“Zona del Hierro” o “El Dorado del Siglo XXI”.
Después de mi jubilación por varios años fui asesor de varias empresas metal-mecánicas en la Zona del Hierro, pero una tarde a inicios del 2002, me puse a recordar mi pasado y fue como si una especie de “disco duro” se abriera en mi mente y comencé a revivir y a recordar anécdotas y pasajes de mi infancia en Cordero, un pueblito de Los Andes en el Estado Táchira y así fue naciendo “El Sol de Los Andes” el cual lo podrán leer en la primera parte del libro.
Cuando descubrí que el recordar el pasado me era fácil, me puse a escribir recuerdos y anécdotas de Italia y Puerto Ordaz y poco a poco fue surgiendo: Mi entrenamiento en Italia, mi llegada a Puerto Ordaz, mis años en Sidor, la fundación de Puerto Ordaz y San Félix, la historia de la C.V.G., las Misiones Capuchinas Catalanas, la historia del hierro en la Provincia de Guayana, la Planta Siderúrgica del Orinoco, los Pioneros de Guayana con sus luchas, sacrificios y sueños y muchos otros capítulos de esta Guayana Milenaria, dando así forma a “El Dorado del Siglo XXI”.
Considero que la lectura de varios de los capítulos de este libro, podrán ser de mucha utilidad en la educación de las juventudes de esta nueva Venezuela, pues “El Dorado del Siglo XXI” no es una novela, más bien es como una serie de relatos históricos que en la escuela no vimos, como por ejemplo: La labor de los Misioneros Capuchinos, su industria siderúrgica, su artesanía y su exterminio, el por qué nuestra Venezuela es el único país de América Latina que no tiene una red ferroviaria, el ecocidio de la cuenca de nuestro río Caroní, la explotación y comercio del oro de El Callao desde 1841, las Islas Verdes de Alta Vista, El Centro Cívico de Puerto Ordaz y los sacrificios, luchas y sueños de aquellos Pioneros de los años 60 en la Zona del Hierro que hicieron posible a la Ciudad Guayana que hoy disfrutamos.
En Guayana, con su hierro, aluminio, oro, diamantes y la espectacular Gran Sabana, estaba ese famoso y mítico “Dorado” tan afanosamente buscado por Sir Walter Raleigh y los conquistadores españoles durante la conquista y la colonia.
Este libro fue ya bautizado en la intimidad de la familia Vivas en Caracas, con la presencia del Dr. Ramón J. Velásquez como padrino. A su vez el 21 de octubre la Biblioteca de Autores y Temas Tachirenses presentó el libro en San Cristóbal, cerrando el acto el Dr Cesar Pérez Vivas Gobernador del Estado y el Arquitecto Fruto Vivas, mi hermano, como padrino.
Hoy estamos bautizando, oficialmente a “El Dorado del Siglo XXI “ aquí en Guayana, en la Sede de Asocomercio, San Félix, siendo el Padrino su Presidente Don José A. Olivo.
“Guayana tierra de promisión”, como lo escribiera Don Rómulo Gallegos en su novela “Canaima”.
Muchas Gracias,
Rafael Vivas Vivas "

Nota: Discurso dado por mí en el bautizo de "El Dorado del Siglo XXI" realizado en la ciudad de San Félix el día 10 de diciembre de 2010.

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